Causas

Algunas personas suponen que la violencia urbana en Medellín como en Cali son consecuencia exclusiva del surgimiento y actuar de las mafias, pero eso no es tan preciso, puesto que las mafias colombianas también son producto de una situación colombiana más compleja. Es cierto que las mafias aprovecharon la fragilidad de los tejidos sociales más vulnerables de Medellín como aquellos sectores tradicionalmente marginados y complicaron el problema, como quien acerca un fósforo a un polvorín. Por lo mismo, la violencia urbana en Medellín, como en otras ciudades de Colombia y de Latinoamérica no puede entenderse eliminada o resuelta con la mera solución del problema de las mafias. La violencia urbana requiere un tratamiento sociológico más amplio.

La violencia urbana en Medellín surgió especialmente en los sectores más marginales, que coinciden con las zonas norte de la ciudad. Dichos sectores se vieron inmersas por mucho tiempo en guerras territoriales entre adolescentes armados que, carentes de los recursos mínimos de sobre vivencia – educación, alimentación, empleo para sus padres, viviendas adecuadas -, se vieron envueltos en acciones delictivas comunitarias (pandillas o bandas). Las primeras atenciones del Estado colombiano a semejantes desafíos sociales de aquellos sectores que se crearon al margen de la ciudad, a su vez de campesinos que huyeron de la violencia en los campos del país, fue de represión (sobre todo en las últimas décadas del siglo XX.

Un cierto desdén internacional frente a Colombia, al tildarlo con frecuencia como narcodemocracia, corrupción, permanente violación de los derechos humanos, primer país productor de coca y otros títulos que se difunden día a día en la prensa internacional, sobre todo de corte norteamericano y europeo, hizo que la comunidad internacional tampoco diera la mano a los problemas afrontados por las comunidades marginadas de Medellín. Sólo después de que la ciudad tocó el fondo de la crisis y que la violencia llegó a datos escandalosos, las zonas marginadas de la ciudad se empezaron a invadir de otras propuestas no represivas tanto desde el sector oficial como desde organizaciones no gubernamentales (ONGs.)

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